Me dice el diccionario que la Empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está relacionada con el altruismo - el amor y preocupación por los demás - la capacidad de ayudar a los demás, sentir el dolor o el sufrimiento de los otros poniéndose en su lugar, para comprender mejor el comportamiento y la toma de sus decisiones. Lo que no dice el diccionario es ¿porque algunas Empatías son selectivas?
La persona empática se caracteriza por tener afinidades e identificarse con otra persona, sabe escuchar, entender sus problemas y emociones. Cuando alguien dice "hubo una empatía inmediata entre nosotros", quiere decir que hubo una gran conexión, una identificación inmediata. Lo que no pude encontrar en ninguna enciclopedia es ¿Porque algunas personas lo son y otras no…?
La empatía es lo opuesto de antipatía, ya que el contacto con otra persona genera placer, alegría y satisfacción. La empatía es algo así como una actitud positiva que permite establecer relaciones saludables y una mejor convivencia entre las personas. Lo que no me dice ningún libro es ¿qué hacer con aquellos que hacen de su vida el odio hacia los otros?, esa suerte de ejercicio antipático generalizado por todo lo diferente; esa manera irracional y automática de ver al otro como enemigo a muerte.
En ese juego de dualidades aparece lo “social” y lo “popular” como algo empático y lo antisocial y antipopular como antipático.
Empatía se relaciona con la consigna: “dentro de él”, “lo que se siente” y lo que es aún más importante, “la capacidad de ponerse en el lugar del otro”, por eso es imposible dejar de pensar que lo opuesto a la empatía es esa visceral antipatía, es la incapacidad de estar dentro de nada ni de nadie, la imposibilidad de ser parte de algo, la soledad misma.
Aun así, parece que en su afán de multiplicar el odio los antipáticos se juntan, se atraen, se buscan. Qué curiosa y contradictoria es la reacción de cierto grupo de personas que se prestan como parte de un espacio colectivo que rechaza lo colectivo, forman parte de un grupo que detesta el contacto con lo grupal, con lo social y lo popular. Que absurdo resulta asociarse para la disociación.
No resulta fácil encontrar algún espacio de lógica o entendimiento en esta conducta, pero seguramente algo no está funcionando bien en este tiempo.
Mauricio Nizzero