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La prioridad es el hambre

La prioridad es el hambre

“La prioridad es el Hambre…” y no nada más cierto, pero… Debemos asumir con honestidad que las grandes batallas, las más duraderas y profundas conquistas para la humanidad se dan en el campo de la cultura, se ratifican y consolidan definitivamente cuando se asumen e integran a eso que conocemos como la cultura de una Nación.

Esta tarea, además de compleja, requiere de tiempo, de estrategias y acciones sostenidas que resultan muy ajenas a la inmediatez de la necesidad, de los problemas y las consecuencias que produce el hambre.

No es verdad que la satisfacción económica, por si sola todo lo puede, que la posibilidad del ascenso social en una comunidad garantiza la satisfacción plena de todos sus integrantes, que las realizaciones económicas, individuales o colectivas de la sociedad otorgan una conciencia de clase. No es verdad que asegurar solamente desarrollo económico asegura la estabilidad social, prueba de esto es el retroceso social y político a causa del avance del Neoliberalismo.

 Lamentablemente la ausencia de análisis crítico y autocrítico, la falta de reflexión sobre el devenir de nuestra historia, la ausencia de mirada sobre los encuentros y desencuentros de nuestro pasado reciente, de una buena parte de  la población culturalmente colonizada y sometida lo confirman.

Para estos nuevos tiempos es necesario que la cultura sea una herramienta esencial de las políticas públicas, que sea un derecho básico ineludible. Es urgente entender definitivamente que sin cultura no hay futuro ni emancipación posible; de lo contrario estaremos condenados a un nuevo fracaso como “El Mito de Sisifo”, aquel que debía cumplir con el castigo de subir una pesada piedra por la ladera de una montaña empinada y a punto de llegar a la cima, la roca caería hacia el valle para volver a retomar la tarea de subirla, una y otra vez, repitiendo la acción por toda la eternidad. Caer y volver a rodar de forma interminable, como una metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre, como lo que nunca termina o no avanza más allá de los límites de su condena.

¿Qué pasa cuando este castigo - sacrificio inútil – a repetir el mismo camino de sacrificio sin solución es auto infringido?

Seguramente la respuesta debe surgir de las decisiones políticas de una clase dirigente de vanguardia, una dirigencia capaz de no escatimar esfuerzos y dar batalla en todos los frentes, una clase dirigente que no sea mezquina en los frentes de la cultura, que se apropie y empodere con todas las herramientas de la cultura, con el cuerpo y la palabra, pero también con la imagen. Con las producciones materiales y simbólicas de los artistas. 

Es urgente generar las condiciones de pertenencia, identidad, empatía social y solidaridad produciendo contenidos significativos que destierren el odio y la discriminación, que dejen en evidencia y descalifiquen los viejos paradigmas del oscurantismo que pretenden para nosotros las clases minoritarias y dominantes.

La tarea no es poca y no hay tiempo que perder, los instrumentos de la cultura pueden ser expropiados por el campo nacional y popular para convertirse  en herramientas emancipadoras cargadas de futuro…y eso es ahora mismo.

Mauricio Nizzero

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