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La sensibilidad se ejercita

La sensibilidad se ejercita

Desde el Foro de Encuentro con el Arte 2020 nos proponemos pensar nuestra identidad a través de las artes plásticas y visuales en todas sus formas y posibilidades. Nos atrevemos a pensar que la construcción de un sujeto comprometido con su tiempo es la respuesta a muchos de los problemas que como sociedad tenemos.

Estamos convencidos:

La Sensibilidad se estimula permanentemente con objetos y manifestaciones del arte insertados en el espacio que habita y circula el hombre cotidianamente. Que estas manifestaciones incluyan a ese mismo hombre como protagonista y a quienes recorren frecuentemente esos espacios, genera pertenencia y compromiso. Podríamos decir definitivamente que la sensibilidad se transmite visualmente, se provoca, se incita, se comparte, circula y comunica.

La Cultura en el ambiente ciudadano y colectivo nos propone ese ejercicio de sentidos que moviliza una parte muchas veces dormida del sujeto, eso que llamamos “Inteligencia Emocional”, aquello que nos facilita “ser con el otro”, aquello que nos permite sentir con uno mismo y los otros placer y reconocimiento. Inteligencia emocional para resolver problemas y miradas sobre lo individual y lo colectivo.

La Estética está íntimamente ligada a los problemas de la Ética. Un espacio atravesado por el arte y la cultura propone indefectiblemente una mejor calidad de vida para quienes lo habitan, modifica conductas, despierta inquietudes, genera respuestas y propone nuevas preguntas. Nos invita a pensarnos, reconstruyendo ese sujeto social con una mirada sobre sí mismo.

Intervenir los espacios con obras de arte, esculturas, murales; organizar exposiciones, recitales de música o encuentros de teatro, poesía y cine, son acciones de obra pública que apuntan a generar este ejercicio de “sensibilidad indispensable” en la construcción de un hombre mejor para nuestro tiempo. Nadie se hace solo, nos construimos en el espacio y tiempo que habitamos y recorremos con los otros.

Un espacio privado de producciones culturales, un espacio agresivo y mutilador, estéticamente desagradable que propone banalidad y vacío, un espacio inestable, hueco y sucio, un espacio carente de circulación afectiva y desprovista de las manifestaciones emocionales que propone el arte; es un espacio que despierta rechazo, violencia y adversidad, activa reacciones agresivas, generalizando el malestar y el desencuentro.

Las Sociedades que rechazan deliberadamente los beneficios del arte y la cultura, las comunidades que desatienden el camino que esas producciones realizan fortaleciendo la identidad y la pertenencia, las que abandonan a su suerte el trabajo y las producciones de sus artistas del pasado y del presente, esas sociedades están condenadas a desaparecer.

Mauricio Nizzero

 “El infierno no es algo que será. Ya existe aquí; lo habitamos todos los días; lo conformamos todos juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera, fácil, es aceptar el infierno, volverse parte de él hasta ya no verlo. La segunda exige aprendizaje continuo: consiste en hallar quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y darle espacio, y hacerlo durar mientras vivamos”. 

 

(En palabras de Marco Polo, de Ítalo Calvino)

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