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Miradas. La colonización cultural.

Miradas. La colonización cultural.

Son miradas… Umberto Eco decía que "la gente no lee nada, escucha poco y mira todo, de modo que una imagen, un sketch de televisión o algo armado puede influir más que la obtención de un derecho."

La colonización  por medio de la cultura es la forma de dominación más compleja y persistente de todas, no es casual que se oculten imágenes de la guerra, la miseria y el hambre al mismo tiempo que se tapan o justifican a los verdaderos responsables, no es casual que se intente distraer a la sociedad con imágenes banales que festejan la frivolidad y adormecen la mirada, frente a otras qué despertarían a toda una sociedad dormida, dominada.

La publicidad ha sido y es funcional a los intereses de las clases dominantes, se refleja en los dichos, en las imágenes y en las palabras de todo el bombardeo “mediático y aparentemente informativo”. Está presente en los gestos, en las actitudes corporales de los presentadores, en la elección o la censura premeditada, en el imperativo o en el potencial. Revelar, descubrir, visibilizar el verdadero sentido de estos mensajes equivale a percatarse de la manipulación que la publicidad y las corporaciones mediáticas, ejercen sobre grandes sectores de la población.

Se utilizan colores que definen sentidos, contrastes y figuras, gestos y acciones que imponen al público un modo de ver, un complejo andamiaje de códigos, signos y símbolos reforzados con la palabra, se despliega para generar necesidades inexistentes, aceptación o rechazo, amores y odios incomprensibles y distantes de cualquier análisis objetivo.

No es fácil darse cuenta, no es común hacer estas lecturas de sintonía fina, la mayor parte de la gente no lo hace y la manipulación es tan sutil que hasta nos hace creer que lo que vemos es una verdad, “Absoluta” e irrefutable. El hombre de a pie está convencido que eso es y será siempre así, que absolutamente todo lo que se nos ofrece es imprescindible para nuestras vidas, que nada se puede o se debe cambiar y dicho esto, efectivamente nada va a cambiar si no cambiamos nuestros modos de ver.

No es casual la desideologización… "De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento". José Martí.

La ideología, ese conjunto de ideas, creencias, normativas y pensamientos que caracterizan a las personas, está presente en las paredes de la cueva, en los templos griegos, en las pirámides de Egipto, en las calles de Pompeya, en las Catacumbas y en las Catedrales, en la manera de pensar una casa para sus habitantes o en el diagrama de todas las ciudades. Está en las Culturas de todos los tiempos, en el Arte y en las publicidades de las últimas décadas.  La ideología está en todas las cosas, en el decir y en el hacer, en las palabras y en las acciones, en todo lo que hacemos con lo que nos pasa. La presunta ausencia de ideología es la confirmación de ésta.

El arte, la poesía de la imagen, la música del cuerpo o de las palabras, ocultan o satisfacen, embellecen o evidencian, desnudan o golpean esas formas de mirar, la ideología le da sentido al arte, el por qué, el para qué; nos hace conocer nuestro origen y hacia dónde nos dirigimos.

No hay arte carente de Ideología, y son los artistas quienes pueden aportar una mirada ideológica comprometida con la sociedad utilizando los recursos de la estética. El valerse de las herramientas de la estética y de los elementos plásticos, para representar, exponer, visibilizar o denunciar los problemas éticos de nuestra sociedad.

El artista que tiene temor de mostrar sus creencias, de ocultar y no decir nada de todo lo que duele o atraviesa, toma un camino seguro y cómodo, evidencia poco carácter y una ideología miserable.

La negación o el escape regado con el individualismo, la falta de sensibilidad para hacer algo que denuncie e impida las injusticias, es una discapacidad del artista. Cuestionar al que lo hace ya es otra cosa, es la traición a ese principio de humanidad, a esa condición de superación de todo sujeto en pos de una sociedad mejor.

La falta de solidaridad premeditada, la indiferencia o la intolerancia, el ánimo de borrar de la vista y del entorno, todo lo que nos molesta, ofende o incomoda, solo habla de la peor y más ruin condición humana.

 

Mauricio Nizzero

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