Esto no sucede a la inversa en el teatro, la danza, la música o el cine, (sectores que tienen sus propios institutos donde abrevar por sus derechos, cosa que no es así en las artes visuales) porque la intervención de la plástica, solo es eso, un espacio de intervención dentro de otro lugar.
Así, lo plástico, el ejercicio específico, queda atomizado dentro del concepto visual con una pretensión de amplitud, que más pronto que tarde lo deja fuera de juego, con su propio lenguaje específico. Estos discursos vienen de la mano de teóricos ilustrados que se brotan de urticaria cuando nombramos la palabra “Plástica”, con discursos que determinan lo perimido y arcaico. "Lo Plástico" habla de la transformación de la materia, al ejercicio práctico, a la PRAXIS de un oficio, esto escapa a su lógica y entendimiento, mientras que el concepto de lo visual no alude a la materia.
Son teóricos que elaboran una estrategia de penetración cultural (diferente a nuestra imagen y lenguaje) y ocupando espacios de poder político con la pretensión de querer decir que y como debemos hacer en el terreno de lo VISUAL, dejando fuera lo mejor de nuestras tradiciones plásticas, a nuestra historia estética, nuestra identidad al sur del Rio Grande, a nuestros referentes y especialmente a nuestros jóvenes que se interesan por la búsqueda de un “Ejercicio Plástico Propio”, pero con sentido de LUGAR.
Por eso reivindico la palabra Plástica entre los que pregonan el respeto por la diversidad, sin pretender dejar fuera de lugar a las nuevas manifestaciones visuales, a las nuevas tecnologías, a los recursos prácticos y materiales que a lo largo de la historia vienen llegando.
Creo que no se puede sostener un espacio de representatividad sobre la muerte o desaparición compulsiva de otro que continua tan vigente, desde los orígenes de la propia humanidad, hasta hoy y por su propio peso. Las Artes Plásticas.
Para debatir... y en todo caso pensar, ¿porque molesta la palabra?)
Mauricio Nizzero
